Limpieza de Herramientas. Los 10 Mejores Consejos para limpiar tus herramientas

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La herramienta es un dispositivo que se utiliza para ejecutar tareas constructivas o de reparación, de la manera más adecuada, sencilla y con el menor uso de energía, Su material constructivo puede ser metálico (acero o aluminio), de madera, fibra, plástico o goma. Se utilizan para realizar trabajos cuando no se quiere tener un alto grado de dificultad y esfuerzo en su ejecución.

 

Dotación de herramientas básicas de un taller

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Los tipos de herramientas básicas de un taller mecánico, se pueden clasificar en:

  • Herramientas de corte: Sierra de mano, lima, broca, macho de roscar, escariador, terraja de roscar, tijeras, cortafrío, buril, cincel, cizalla, tenaza.
  • Herramientas de sujeción: Alicate, prensa de banco, sargento.
  • Herramientas para la fijación: Llave, destornillador, remachadora.
  • Herramientas auxiliares de usos varios: Martillo, extractor mecánico, punzón, polipasto, compás, gato hidráulico.

 

Herramientas que no deben faltar en casa

 

  • Caja de herramientas.
  • Martillo de carpintero:
  • Destornilladores
  • Llave inglesa ajustable.
  • Navaja multiusos.
  • Espátula metálica.
  • Cinta métrica.
  • Taladro de mano.
  • Pinzas
  • Serrucho de carpintero y segueta.
  • Tijera plana.
  • Brochas
  • Llave Allen.
  • Linterna de pilas.
  • Cuchilla Exacto.
  • Nivel de burbuja.
  • Escalera
  • Guantes y gafas protectoras.
  • Otros implementos indispensables: Teipe aislante; clavos de distintos tamaños; cinta de teflón.
  • Tampoco pueden faltar los tornillos; tacos; tuercas; pegamento; sargentos; papel de lija; escuadra metálica y el aceite tipo 3 en 1.

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Tipos de limpieza a realizar a las herramientas

 

Los diferentes tipos de limpieza que deben realizársele a las herramientas de trabajo son los siguientes:

  • Limpieza Básica (suciedad y desinfección) de las herramientas de taller y de la casa
  • Limpieza del óxido
  • Limpieza de las herramientas del pintor

 

Limpieza Básica

 

Las herramientas que manejen mucha suciedad o subproductos como las de jardinería y los de carpintería, deben limpiarse después de cada uso, para evitar que la tierra o el aserrín retengan la humedad y oxide el acero de los utensilios o de la maquinaria utilizada en el mantenimiento. Al eliminar la suciedad las herramientas se mantendrán siempre en buen estado y las hará más fáciles de usar.

Cualquier herramienta que se haya impregnado de tierra puede ser limpiada con un paño limpio para eliminar cualquier residuo; si están muy adheridos, puede utilizarse agua a presión para despegarlos; si a pesar de esto, todavía queda tierra o arcilla en la herramienta, se puede eliminar con un cepillo de cerdas duras o de alambre o una espátula. El aserrín generado en trabajos de carpintería debe ser retirado con cepillo de cerdas duras o con succión al vacío. También puede utilizarse el soplado, pero se debe estar consciente que se generará mucho polvo en el ambiente de trabajo.

En el caso de las herramientas de jardinería, es tan importante su desinfección como  la limpieza del sucio que la cubra, una vez concluida su utilización. Cuando se podan árboles enfermos o se eliminan las plagas, es especialmente importante desinfectar las herramientas utilizadas ya que pueden propagar parásitos, hongos, huevos de insectos y enfermedades microbianas por todo el jardín. El método más fácil para desinfectarlas es con la utilización de alcohol isopropílico o etanol, lo cual es una forma rápida, segura y efectiva de desinfectar todas las herramientas.

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Limpieza del oxido

 

Aunque sean de alta calidad, el acero de las herramientas puede ser vulnerable al óxido incluso aun cuando se le haga una buena limpieza, especialmente en climas húmedos. Las herramientas de casa, con el paso del tiempo se oxidan por su uso o escaso mantenimiento. Para desfavorecer la aparición del óxido en las herramientas y evitar el tener que volver a efectuarles una limpieza profunda, se debe llevar a cabo un correcto mantenimiento consistente en limpiarlas inmediatamente después de su uso, almacenarlas correctamente y preferiblemente recubrirlas con algún componente que proteja el acero de la acción oxidante de la humedad del ambiente. Existen en el comercio productos específicos (como  lubricantes, grasas y aceites) que repelen la humedad, lubrican y mantienen las piezas intactas. De manera casera, se puede utilizar aceite de linaza  o almacenándolas en bolsas de plástico conjuntamente con un puñado de arroz o trozos de tiza, que son elementos que repelen y/o absorben la humedad, evitando que las herramientas que menos se usen se acaben oxidando.

También, se puede utilizar un sello de aceite protector para evitar la formación de óxido. El sello debe crearse cubriéndolo con una capa delgada de aceite sobre la superficie metálica de la herramienta. Se puede utilizar aceite de motor puro o diluyéndolo con kerosene en una mezcla 2:1. También, el aceite vegetal puede ser una opción válida para éste cometido.

De esta manera, conseguiremos que las herramientas brillen siempre como el primer día y estén disponibles para ser utilizadas cuando se necesiten.

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Pero si a pesar de haber tomado acciones, o por no haberlo hecho, encontramos que las herramientas fueron afectadas por la oxidación, existe la posibilidad de poder recuperarlas.

Limpiar metal puede resultar complicado si no sabemos cómo hacerlo; sin embargo se han desarrollado muchas técnicas para eliminar el óxido y hacer que las herramientas luzcan como el primer día.

 

Lo primero a tener en cuenta es que existen varios tipos de óxido:

  • Si el óxido lleva poco tiempo y no está muy extendido será fácil eliminarlo.
  • Si la mancha está ya sobre toda la herramienta y no la hemos usado en mucho tiempo, lo ideal sería usar un desoxidante específico, aunque resulte más agresivo.
  • Pero si la herramienta está corroída y el óxido se ha comido el metal, habrá muy poco que podamos hacer.

Si deseamos retirar un óxido que no está muy extendido en la herramienta, existen varios métodos a emplear:

  1. Uso de una pasta de Bicarbonato de sodio mezclado con el zumo de limón, la cual se coloca sobre el óxido de la herramienta y se restriega con un cepillo de dientes. Se deja actuar durante 15 minutos y se verá que el resultado es de una herramienta con un acero resplandeciente.
  2. Uso de una mezcla de Limón con sal, la cual se frota sobre las manchas anaranjadas de óxido. Se recomienda utilizar la cáscara del limón para frotar ya que no hay estropajo más natural y efectivo.
  3. Sumergir la herramienta oxidada por varios días en Vinagre blanco ó Ácido cítrico, luego de lo cual se frota el óxido con lana de acero hasta que desaparezca del todo.

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Limpieza de las herramientas del pintor

 

Las brochas y los rodillos que se utilizan en las labores de pintura son el tipo de herramientas más engorrosas de limpiar, a la vez de ser las que más lo necesitan, a no ser que queramos darles un solo uso.

Si estamos utilizando pinturas plásticas o al agua, debe lavarse la brocha o rodillo con abundante agua tibia para eliminar la mayor cantidad posible de pintura. Si se tiene previsto seguir utilizándolas en poco tiempo, se pueden dejar sumergidos en agua clara, preferiblemente tibia, procurando que las brochas no se apoyen en el fondo, pues tienden a deformarse. De esta forma evitaremos que se seque y se pegue irreversiblemente la pintura que haya quedado en las cerdas de la brocha y la esponja del rodillo. Si se ha terminado definitivamente de pintar debe hacérsele una limpieza final con limpión de Beissier, luego de lo cual se escurren bien, se secan y se guardan.

Pero si se ha estado aplicando esmaltes sintéticos, la limpieza o lavados de las brochas y rodillos se deben hacer solo con el limpión de Beissier; y al final se escurren, se secan bien y se guardan.

De no tener disponibilidad del limpión de Beisser el cual es soluble en agua y poco agresivo al ambiente y a la salud de la persona, se pueden utilizar disolventes como gasolina ó thinner, los cuales deben ser manejados con mucho cuidado por la emanación de vapores tóxicos y posibles afectaciones a la piel que puedan causar.

 

Hay un punto crítico al final de todo trabajo que separa el éxito total del fracaso. Ese momento es aquel en el que, con la obra ya terminada, perdemos inercia y, en lugar de limpiar bien todas las herramientas, las guardamos de cualquier manera porque “ya las limpiaré otro día…”

Con las recomendaciones antes indicadas se puede evitar la necesidad de tener que repetir compras innecesarias y no presupuestadas de herramientas, al tener la desagradable sorpresa de encontrar inservibles las de su caja de herramientas, por estar llenas de pegostes o de óxido resultante de una inadecuada limpieza o almacenamiento, con el consiguiente retraso en la planificación hecha para realizar un determinado trabajo.

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